“En duermevela Los Beatles nos arropaban con Todo lo que necesitas es amor, predicando el sueño cándido de toda una generación. Dale una oportunidad a la paz, fue una trompada en el estómago cuando el 8 de octubre los teletipos anunciaron el asesinato del Che Guevara en Bolivia. Nosotros fuimos los ingenuos pero el sistema, no. Eleanor Rigby estaba condenada a la soledad, y sus versos no serían escuchados por nadie. Treinta años después, nosotros los sobrevivientes repetimos: ¡Ah toda esta gente solitaria, de donde viene, de donde viene! Nos hemos quedado muy solos, muy bellos, silbando finalmente: All you need is love”.
Graciela Azcárate (*)
El pasado sábado, 21 de septiembre, me deleité con dos magníficos artículos motivados por el reciente estreno de la película “Yesterday” (Danny Boyle, 2019): el de Angélica Noboa Pagán en Acento, titulado “Antología de cine de beatlemanía o la victoria mundial de la poesía”, contenido en este enlace:
y el de Ysidro Eduardo García en Plenamar contenido en este enlace:
Ambos artículos (cuya lectura recomiendo) me han incentivado a reproducir fragmentos de dos artículos que escribí en mi columna Tívoli (**). De uno de ellos, que apareció el 20 de marzo de este año, paso a citar el siguiente fragmento:
“En 1963 se firmó un contrato entre la United Artists y The Beatles para que estos protagonizaran tres películas. A pesar de que luego de las dos primeras, dirigidas por Richard Lester, “A Hard Day’s Night” (1964) y “Help” (1965), The Beatles fueron protagonistas de una película de animación realizada por George Dunning, “Yellow Submarine” (1968), la United Artists la descartó a los fines de considerar cumplido el contrato, pues solo por un minuto, al final de la película, era que aparecían The Beatles en carne y hueso (en acción real) y no en dibujos animados.
Entonces se convino que la película que faltaba para cumplir el contrato sería un documental que mostrara el trabajo creativo del grupo en el estudio de grabación durante algunas semanas, ensayando y grabando. Fue así como surgió “Let It Be”, cuyo rodaje se realizó entre el 2 y el 31 de enero de 1969, bajo la dirección de Michael Lindsay-Hogg, totalizando 96 horas de película, reducidas a 88 minutos para la edición estrenada en las salas de cine en mayo de 1970 (titulada en español “Déjalo ser”, que fue como se estrenó aquí en el Rialto, cine que estaba ubicado en la calle Duarte, entre El Conde y Salomé Ureña).
“Let It Be” ganó el Oscar a la mejor banda sonora, el cual recibió Quincy Jones en representación de The Beatles quienes ya se habían separado y no asistieron a la ceremonia de entrega de los premios, en abril de 1971.
Considerado como el testamento fílmico y musical de The Beatles, “Let It Be” registra, en sus 20 minutos finales, una parte de su última actuación en vivo, en la azotea del edificio de su empresa discográfica Apple, en Londres. Al cumplirse medio siglo de dicha actuación el 30 de enero pasado, Peter Jackson (el famoso director de la trilogía de “El Señor de los Anillos”), anunció que, partiendo de casi 55 horas de metraje inédito, está preparando un documental sobre la grabación y el rodaje de “Let It Be”. Desde ya estoy ansioso por verlo”.
El otro artículo apareció el 4 de julio del año pasado y del mismo reproduzco el siguiente fragmento:
“…El submarino amarillo, de cuyo estreno mundial se cumplen 50 años este 17 de julio, una película de dibujos animados, de George Dunning, con The Beatles, inspirada en la canción Yellow Submarine (de John Lennon y Paul McCartney), incluida en el álbum Revolvery lanzada el 5 de agosto de 1966 como sencillo (el único de The Beatles con su baterista Ringo Starr como vocalista solista), con Eleanor Rigby en el respaldo del disco de 45 RPM, del cual se vendieron un millón 200 mil copias en el primer mes. La película incluyó en su banda sonora canciones de los álbumes Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band, Rubber Souly el arriba mencionado Revolver, además de cuatro canciones nuevas (entre ellas la magistral Only a Northern Song, de George Harrison).
Los beatlemaníacos y cinéfilos dominicanos de mi generación tuvimos el privilegio de poder verla y repetirla varias veces desde que se estrenó en el viejo Santomé de la calle El Conde, pues a lo largo de la década de los setenta se exhibió en el cine de la UASD, en el Capitolio y principalmente en las desaparecidas tandas juveniles e infantiles de los sábados y domingos a las diez de la mañana y las tres de la tarde en cines también desaparecidos como el Olimpia y el Élite.
El video se lanzó en 1987, pero fue retirado del mercado por problemas legales entre las compañías Apple, King Features y MGM/UA, los cuales tardaron años en solucionarse, hasta que finalmente fueron resueltos, lo que permitió que en 1999 se lanzaran, en versión restaurada, la película (tanto en las salas de cine como en video) y el disco compacto con el soundtrack, ocasión en que Allan Kozinn escribió en The New York Times el artículo contenido en el siguiente enlace:
https://www.nytimes.com/1999/09/10/movies/news-from-pepperland-submarine-resurfaces.htm
Cuatro años después, en su edición del 8 de octubre de 2003, El Caribe informó que “La beatlemanía está de regreso. Al menos así se desprende de investigaciones realizadas por el sello discográfico Apple, publicadas hoy en los medios británicos. Treinta años después de la disolución, los Beatles siguen siendo muy populares entre la generación más joven. “Deben ser las canciones. Nostalgia no puede ser, porque los jóvenes no tienen recuerdos de los años 60”, dijo el portavoz de prensa de Apple, Geoff Baker, al diario The Independent. De acuerdo con los sondeos, antes de la publicación del disco de grandes éxitos The Beatles 1, en noviembre de 2000, un 18.5 por ciento de los compradores de discos de los Beatles eran menores de 24 años. Desde entonces, el porcentaje de ese grupo de compradores aumentó a 32.7 por ciento. The Beatles 1 vendió más de 25 millones de copias y fue número uno en 34 países”.
Seis años después, el mencionado Allan Kozinn escribió un artículo titulado Obra de los Beatles es tema de estudios universitarios (publicado el 21 de marzo de 2009 en el suplemento The New York Times que circula en la edición sabatina del Listín Diario para suscriptores), cuyas primeras líneas decían: “Quizás lo más raro acerca del anuncio, hecho este mes, por la Universidad Hope de Liverpool de que ofrecerá la primera maestría del mundo en estudios de los Beatles, fue que hubiera pasado tanto tiempo antes de que una universidad concibiera la idea. En la actualidad abundan los cursos universitarios individuales acerca de los Beatles, y a juzgar por mi experiencia enseñando uno el año pasado, en la Universidad de Nueva York, son una gran atracción: se inscribió casi el doble de los estudiantes a los que podía dar cabida, y me asombró lo mucho que estos jóvenes de entre 18 y 21 años conocían el material. Los estudiantes de esta clase tenían todos los álbumes y algunos incluso coleccionaban versiones piratas, o producidas ilegalmente, de versiones descartadas de canciones de estudio y grabaciones de concierto”.
Ese mismo año, el 9 de septiembre de 2009, Diego Manrique escribió en El País: “Ver para creer. El primer tramo del siglo XXI puede terminar con los Beatles en el primer puesto del negocio discográfico, como máximos vendedores de la década. Al menos, podría ocurrir en Estados Unidos, donde funciona una tecnología fiable -el Nielsen Soundscan- que contabiliza los discos que pasan por caja. Ahora mismo, el primer lugar corresponde a Eminem, con un total de 32 millones de copias despachadas en estos años. Detrás están los Beatles, con algo más de 28 millones de ejemplares; su antología,1, se afianza como el best-seller de la presente década, con casi doce millones de copias sólo en el mercado estadounidense. Y parece probable que, con el monumental lanzamiento de los remasters (complementado por el márketing del videojuego The Beatles: Rock band), los británicos habrán superado al rapero de Detroit antes de que acabe 2009. Toda una hazaña, habida cuenta que hace ya 40 años que dejaron de existir. Dos posibles lecturas. La primera es obvia pero digna de recordarse: en la música pop nadie tiene un legado tan rico, prodigiosamente desarrollado en menos de ocho años (de junio de 1962 a abril de 1970). La segunda, que la hegemonía de los Beatles en nuestra memoria sentimental tiene mucho que ver con las generaciones que crecieron durante los sesenta y los setenta, esas que desde hace tiempo controlan el poder político, económico, cultural y mediático: ellos vivieron de cerca la asombrosa aventura de los Beatles y no van a permitir que nadie eclipse su recuerdo”.
Siete meses después, el 10 de abril de 2010, al cumplirse 40 años del anuncio oficial de la disolución de The Beatles, el mismo Diego Manrique escribió en El País: “Si sus 10 años de existencia fueron extraordinarios, no lo han sido menos las cuatro décadas posteriores. Las impresionantes ventas de los sesenta han quedado empequeñecidas por el inmenso negocio generado a posteriori. Los Beatles sostienen una industria poderosa, reanimada periódicamente por reediciones, remasterizaciones y -próximamente- su disponibilidad en tiendas digitales. Su Liverpool natal se ha transformado en un parque temático a mayor gloria de aquellos descastados que huyeron a Londres”.
Tres décadas antes, el 16 de diciembre de 1980, ocho días después del asesinato de John Lennon y tres años antes de ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez escribió lo siguiente:
“Así es: la única nostalgia común que uno tiene con sus hijos son las canciones de los Beatles. Cada quien por motivos distintos, desde luego, y con un dolor distinto, como ocurre siempre con la poesía. Yo no olvidaré aquel día memorable de 1963, en México, cuando oí por primera vez de un modo consciente una canción de los Beatles. A partir de entonces descubrí que el universo estaba contaminado por ellos. En nuestra casa de San Ángel, donde apenas si teníamos donde sentarnos, había solo dos discos: una selección de preludios de Debussy y el primer disco de los Beatles. Por toda la ciudad, a toda hora, se escuchaba un grito de muchedumbres; “Help, I need somebody”. Alguien volvió a plantear por esa época el viejo tema de que los músicos mejores son los de la segunda letra del catálogo: Bach, Beethoven, Brahms y Bartok. Alguien volvió a decir la misma tontería de siempre: que se incluyera a Bosart. Alvaro Mutis, que como todo gran erudito de la música tiene una debilidad irremediable por los ladrillos sinfónicos, insistía en incluir a Bruckner. Otro trataba de repetir otra vez la batalla a favor de Berlioz, que yo libraba en contra porque no podía superar la superstición de que es oiseau de malheur, es decir, pájaro de mal agüero. En cambio, me empeñé, desde entonces, en incluir a los Beatles. Emilio García Riera, que estaba de acuerdo conmigo y que es un crítico e historiador de cine con una lucidez un poco sobrenatural, sobre todo después del segundo trago, me dijo por esos días: “Oigo a los Beatles con un cierto miedo, porque siento que me voy a acordar de ellos por todo el resto de mi vida”. Es el único caso que conozco de alguien con bastante clarividencia para darse cuenta de que estaba viviendo el nacimiento de sus nostalgias. Uno entraba entonces en el estudio de Carlos Fuentes, y lo encontraba escribiendo a máquina con un solo dedo de una sola mano, como lo ha hecho siempre, en medio de una densa nube de humo y aislado de los horrores del universo con la música de los Beatles a todo volumen…. Esta tarde, pensando todo esto frente a una ventana lúgubre donde cae la nieve, con más de cincuenta años encima y todavía sin saber muy bien quien soy, ni que carajos hago aquí, tengo la impresión de que el mundo fue igual desde mi nacimiento hasta que los Beatles empezaron a cantar. Todo cambió entonces. Los hombres se dejaron crecer el cabello y la barba, las mujeres aprendieron a desnudarse con naturalidad, cambió el modo de vestir y de amar, y se inició la liberación del sexo y otras drogas para soñar. Fueron los años fragorosos de la guerra de Vietnam y la rebelión universitaria. Pero, sobre todo, fue el duro aprendizaje de una relación distinta entre los padres e hijos, el principio de un nuevo diálogo entre ellos que había parecido imposible durante siglos”.
Cuando Gabriel García Márquez escribió lo que acabo de citar, eran muy jóvenes la mayoría de los autores de los cuentos reunidos en el libro 22 Escarabajos. Antología hispánica del cuento Beatle (Páginas de Espuma, Madrid, 2009), editado por Mario Cuenca Sandoval (***), acerca del cual hay un blog, cuyo enlace es el siguiente:
http://antologiadelcuentobeatle.blogspot.com
En su edición del 23 de marzo de 2009, Diario Libre informó que cuatro canciones de The Beatles figuran entre las diez primeras (y ocho entre las treinta primeras) de las cien favoritas de cien músicos hispanoamericanos, de acuerdo a una encuesta cuyo resultado publicó, el día anterior, El País Semanal, la revista dominical del diario madrileño El País.
En dicha encuesta (titulada “Cien músicos hispanoamericanos eligen las 100 canciones que cambiaron su vida”), resultaron seleccionadas diez canciones de The Beatles, que menciono a continuación (con el puesto ocupado entre paréntesis): Help! (3), A Hard Day’s Night (6), A Day in the Life (8), Strawberry Fields Forever (9), Twist and Shout (13), In My Life (20), Rain (24), Yesterday (26), Helter Skelter (92), I Saw Her Standing There (94). Además, fueron escogidas dos de John Lennon en su etapa post-beatle: Imagine (38) y (Just like) Starting Over (69).
Otras canciones de The Beatles no están entre las cien electas, pero sí en varias de las listas individuales de las diez canciones favoritas de cada músico encuestado, como son los casos de Ana Belén con Eleanor Rigby, Víctor Manuel con Girl y Andrés Calamaro con Sexy Sadie, listas individuales en las que figuran dos canciones dominicanas, ambas de Juan Luis Guerra: Estrellitas y duendes en la de Luis Fonsi y Burbujas de amor en la de David Bisbal.
En el último cuarto del pasado siglo, la radio dominicana tuvo, por lo menos, dos programas dedicados a la música de The Beatles, cuyos nombres eran títulos de canciones: La banda del club de corazones solitarios del sargento Pimienta (Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band), producido por Camilo Casanova y Bernardo Vargas en HIN en la segunda mitad de la década de los 70 (que había tenido, a comienzos de dicha década, una primera y breve etapa, solo con Camilo, en una emisora de Santiago llamada Radio Hit Musical); y El Submarino Amarillo (Yellow Submarine), producido por Roger Zayas-Bazán en Viva FM a mediados de los 90. Merece recordarse también el especial Beatles 60-70, con diez horas de duración, transmitido por HIN un domingo de 1972, producido por Teo Veras y Herminio Alberti.
Ya en el siglo XXI, en los años finales de la década pasada e iniciales de la presente, Luis Martín Gómez producía por el canal 37 (CDN), cada sábado a las nueve de la mañana, una refrescante propuesta de televisión cultural, titulada Yola yelou, en homenaje a The Beatles y su canción y película Yellow Submarine. El programa empezaba y terminaba con dicha canción como tema musical y sus créditos estaban diseñados con la tipografía y el concepto gráfico que se utilizaron en el afiche de la película y la carátula del LP del soundtrack (léase disco de larga duración de la banda sonora).
Desde hace nueve años, con un nombre que rinde homenaje al de otra canción de The Beatles, All you need is love (All we need is love), produce un edificante y gratificante programa radial Maryanne Fernández por La Nota 95.7 FM, de lunes a viernes a las tres de la tarde.
En el plano internacional, en 2005 comenzó a transmitirse desde México el primer programa de radio por internet en español dedicado a The Beatles, El Círculo Beatle, producido por Dulce González y conducido por Arturo Espinosa y Tere Chacón. Esta última (quien recibió en 2015 el nombramiento de Embajadora Global de la Beatlemanía por parte del museo The Beatles Storyde Liverpool), informa lo siguiente:
“Los 50 años del único submarino que ha logrado que millones de personas en el mundo canten y sonrían no pueden dejarse pasar de largo. Apple Corps, la compañía de The Beatles, en asociación con Universal Music y Abramorama, proyectarán en cines de Inglaterra y Estados Unidos el próximo 8 de julio la cinta restaurada a una resolución digital de 4K y con un remix especial de la banda sonora de la misma a 5.1 Stereo Surround Sound. Además, se lanzará un disco sencillo de vinilo ilustrado en edición limitada que tendrá la canción Eleanor Rigby en su Lado B, tal como fue realmente el sencillo de agosto de 1966. Y esto es apenas el principio. Millones de personas a nivel global se unirán en las próximas semanas para conmemorar un legado que llenó de colorido una época a 80 mil leguas bajo el mar y desde un lugar donde la paz, el amor y la música han reinado desde 1968. ¡Todos vivimos en un submarino amarillo!”
Estos son los enlaces del programa El Círculo Beatle y del museo The Beatles Story:
http://www.codigoradio.cultura.df.gob.mx/index.php/el-circulo-beatle
Una revista digital beatlemaníaca, Daytrippin, puede leerse en este enlace:
No puedo resistirme a reproducir lo que escribió Frank Báez en su facebook el 18 de mayo pasado:
“A veces uno se aburre en Santo Domingo. Pero luego pasan estas maravillas como ahorita que esperaba que cambiara el semáforo de peatones que hay entre la Tiradentes y la Pedro Henríquez Ureña. Unos estudiantes de música que iban al conservatorio cruzaron en rojo, esquivando los carros y el AMET que estaba en la esquina les voceó:
– ¡Ya van mal! Hasta los Beatles sabían cruzar una calle.
Tuve que darme la vuelta y darle un apretón de manos al AMET“.
NOTAS:
(*) La cita de Graciela Azcárate que encabeza este artículo aparece en la página 228 de su libro Letra de mujer (Amigo del Hogar, Santo Domingo, 2000). Es un fragmento de un artículo que escribió el 10 de octubre de 1997, en la sección Hoy en la cultura, de la cual fue fundadora y editora y que publicó el diario Hoy, los viernes, durante un año, de julio de 1997 a julio de 1998.
(**) Estos son los enlaces que contienen las dos columnas completas:
(***) La apabullante bibliografía beatlemaníaca me motivó a elaborar, hace diez años, una lista de libros en español referentes a The Beatles, publicados en la última década del siglo pasado y en la primera década del presente siglo: Diccionario de Los Beatles, por Jordi Sierra i Fabra (Plaza & Janés Editores, Madrid, 1992); Los Beatles. Un día en la vida, por Mark Hertsgaard con traducción de Irene Saslavsky (Grijalbo Mondadori, Barcelona, 1995); Los Beatles. Una biografía confidencial, por Peter Brown y Steven Gaines (Javier Vergara Editor, Buenos Aires, 1996); Los Beatles y los años 60, por Michka Assayas (Grupo Anaya, Madrid, 1996); Los Beatles en Cuba. Un viaje mágico y misterioso, compilación y prólogo de Ernesto Juan Castellanos (Ediciones Unión, La Habana, 1997); The Beatles, por Andrés López (Cátedra, Madrid, 1997); Beatles en el aire. Radionovela de una época, por Enrique Sánchez Romero (Editorial Milenio, Lérida, 1997); El verano de amor. Así grabaron los Beatles el álbum Sgt. Pepper, por George Martin (Editorial Milenio, Lérida, 1997); Los Beatles. Una historia oral, por David Pritchard y Alan Lysaght con traducción de Ferran Bach y Margarida Trias (Editorial Juventud, Barcelona, 1999); Diccionario de Los Beatles, por Ramón Moreno (Editorial La Máscara, Valencia, 1999); El Cine Beatle. Todas las películas de John, Paul, George y Ringo, por Arturo Moreno Obregón (Nuer Ediciones, Madrid, 2000); El sargento Pimienta vino a Cuba en un submarino amarillo, por Ernesto Juan Castellanos (Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2000); The Beatles. Revolución en la mente, por Ian Macdonald con traducción de Ricky Gil (Celeste Ediciones, Madrid, 2000); The Beatles. Guía completa de canciones, por W.J. Dowlding con traducción de Miguel Comamala (Celeste Ediciones, Madrid, 2000); The Beatles. Antología, por los propios Beatles (Ediciones B, Madrid, 2001); Beatles para jóvenes principiantes, por Pedro Pablo Ghergo con ilustraciones de Pablo Páez (Longseller, Buenos Aires, 2001); Los autógrafos de Los Beatles, por Juan Agüeras (Editorial Milenio, Lérida, 2001); ¡Locos por ellos! Los Beatles en el cine, por Ramón Robert (Editorial Milenio, Lérida, 2001); The Beatles. Los archivos inéditos, por Tim Hill y Marie Clayton con traducción de María Teresa Bosch (Océano Ámbar, Barcelona, 2002); Las canciones secretas de Los Beatles, por Alejandro Iranzo y Antonio Vizcarra (Editorial Milenio, Lérida, 2002); Detrás de esos ojos tristes. La vida de George Harrison, por Marc Shapiro (Emecé, Buenos Aires, 2002); Paul McCartney. El día a día de un fabricante de melodías, por Juan Manuel Escrihuela (Editorial Milenio, Lérida, 2003); Los Beatles día a día, por Barry Miles con traducción de Joan Sardà (Ma Non Troppo, Barcelona, 2003); John Lennon en La Habana with a little help from my friends, por Ernesto Juan Castellanos (Ediciones Unión, La Habana, 2005);The Beatles: Edición ilustrada y actualizada de la biografía autorizada más vendida, por Hunter Davies (Ediciones B, Madrid, 2005); La morsa era Ringo. 101 falsos mitos sobre Los Beatles, por Alan Clayson y Spencer Leigh con traducción de Silvia Ardébol (Lenoir Ediciones, Barcelona, 2005); Los Beatles y sus héroes musicales, por Iván Moldes (Editorial Milenio, Lérida, 2006); Me llamo John Lennon, por Carmen Gil y Luisa Vera (Parramón Ediciones, Barcelona, 2007); Vida y milagro de Sgt. Pepper´s. Un disco para una época, por Clinton Heylincon traducción de Ignacio Juliá (Global Rhythm Press, Barcelona, 2007); Imágenes de Los Beatles, por Tim Hillcon traducción de Antonio Vizcarra (Equipo de Edición S.L., Barcelona, 2008); Ticket to ride. De gira con Los Beatles (1964-1965), por Larry Kane (Lenoir Ediciones, Barcelona, 2008); Llegan Los Beatles, por Enzo Gentile y Umberto Buttafava (Skira, 2008); Paul McCartney. Presente y pasado, por Tony Barrow y Robin Bextor (Edilupa, Madrid, 2008); El auténtico Lennon, por Cynthia Lennon (Ma Non Troppo, Barcelona, 2009); John Lennon, por Philip Norman (Anagrama, Barcelona, 2009); Por su propio cuento / Un españolito en obras, por John Lennon (Global Rhythm Press, Barcelona, 2009); Los Beatles, en el objetivo. 1963-1969, por Mark Hayward (Timun Mas, Barcelona, 2009); 22 Escarabajos. Antología hispánica del cuento Beatle, editado por Mario Cuenca Sandoval (Páginas de Espuma, Madrid, 2009).
Jimmy Hungría, gestor cultural y cinéfilo. Amante del teatro, de la música. Aspirante a chef. Autor del libro Gastronomía musical y bibliografías en construcción y de la columna Tívoli.