La beatlemania, como término1, describe la euforia que generó el grupo The Beatles durante la década de 1960. Dicha euforia inició en febrero de 1964. El grupo musical compuesto por los británicos Paul McCartney, John Lennon, Ringo Starr y George Harrison, arribaron a los Estados Unidos y se presentaron en “The Ed Sullivan Show”2. El frenesí no sólo era en el estudio de televisión, sino en las calles atestadas de jóvenes fanáticos y en los amplios cordones de seguridad policial para mantener el orden.

Con los años, la percepción hacia la banda siguió in crescendo. El fanatismo se globalizó, al igual que la algarabía y la locura. Los Beatles se consolidaron como compositores y músicos excepcionales, que definitivamente marcaron la historia de la música. Con álbumes como Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band, Abbey Road, Let It Be, A Hard Day´s Night, Revolver, The White Album, entre otros, la banda adquirió un estatus de devoción y culto que aún resuenan en nuestros tiempos. Su impacto y legado son innegables.

El cine ha retratado la beatlemania en múltiples ocasiones. La abogada y cinéfila dominicana Angélica Noboa, durante un didáctico intercambio que sostuvimos en las redes sociales3, resaltó películas como la española Vivir es fácil con los ojos cerrados (David Trueba, 2013) y la estadounidense I Wanna Hold Your Hand (Robert Zemeckis, 1978). Estas películas logran capturar y evocar una época de resonante impacto cultural gracias a esta banda.  

 

Por eso, Yesterday (2019), la nueva película del director inglés Danny Boyle (Radcliffe, Reino Unido, 1956) y escrita por el guionista Richard Curtis (Wellington, Nueva Zelanda, 1956), parte de una premisa argumental simpática e interesante. Jack Malick (Himesh Patel) es un aspirante a músico sin éxito. Ellie (Lily James) es su amiga incondicional y su manager. Además, está obviamente enamorada de él, pero al parecer éste no se da cuenta. Esta mala suerte cambia cuando Jack, luego de ser derribado por un autobús en medio de un misterioso apagón eléctrico, despierta en un mundo en el cual es uno de los pocos afortunados que se recuerda que los Beatles alguna vez existieron.

Este suceso le brindará la oportunidad a Jack de presentar todas las canciones de la mítica banda como si fueran de su autoría. Por supuesto, deslumbra a todos con la belleza de las composiciones.Todo esto lo lanzan al estrellato y empieza a introducirse en el convulso mundo de la industria musical, la fama internacional, los sacrificios familiares y personales que se deben asumir para perseguir una carrera, entre ellos, dejar a un lado a Ellie.

Como decía, la historia proviene de una idea narrativa curiosa, pero la película fracasa en mantener y sostener su ingenua fantasía. Esto obliga a que la historia se apoye del género que ha hecho famoso a Richard Curtis. La trama se difumina hacia una comedia romántica convencional y tediosa. Así, desecha la oportunidad de explotar al máximo su premisa, mientras que la relación entre los dos protagonistas no es lo suficientemente fuerte para mantener nuestra atención. No quiero decir con esto que su guionista haya perdido su chispa ni que los actores principales carezcan de gracia o de química.

Curtis presume de una carrera dilatada. Es responsable de clásicos mainstream como Love Actually (2001), Notting Hill (1999) y Four Weddings and a Funeral (1994), la cual fue nominada a Mejor Película y Mejor Guion Original. Ha dejado su impronta en la televisión británica, junto a Rowan Atkinson, al ser uno de los responsables de crear al entrañable personaje de Mr. Bean (1990-1995, y las películas de 1997 y 2007). Sin embargo, es la segunda vez que incursiona con flojera en el género de fantasía con About Time (2013), en la cual sirvió como su director. También adolece de los mismos problemas que Yesterday.

Por otro lado, los protagonistas exhiben compromisos con sus personajes. En el caso de Lily James, como actriz, siempre irradia gentileza y delicadeza en sus actuaciones, y las personifica con propiedad (como ejemplo, Baby Driver, Edgar Wright, 2017). En el caso de Himesh Patel, quisiera expresar lo mismo, pero su actuación no posee consistencia ni nivel histriónico. Sólo en sus interacciones con Lily James se muestra inferior.

De igual forma, la mayor decepción de la película recae en Danny Boyle. Es un realizador reconocido por su cine frenético, con Trainspotting (1996),The Beach (2000) y Trance (2013); también de un cine dramático y retrospectivo como en Slumdog Millionaire (2008, por la cual ganó Mejor Director), 127 Hours (2010) y Steve Jobs (2015). Sorprende que Yesterday despliegue una serie de decisiones formales bien desatinadas, como, por ejemplo, encuadres de cámara disonantes, poca creatividad en las transiciones más elementales entre escenarios y situaciones, y se le imposibilita mostrar con emoción las interpretaciones de las canciones. Se siente restringido por las reglas de la historia y el género.

No obstante, hay un elemento en bruto que la trama pudo explotar en términos temáticos. Los Beatles –como también es el caso de The Beach Boys con su trascendental Pet Sounds (1966)– eran productos de una industria musical impulsada por la originalidad y la fusión de sonidos e instrumentos que les otorgan características innovadoras y distintivas. En Yesterday, la industria actual es perfilada como lo es: una maquinaria que sólo crea expectativa y fanfarria hacia figuras virales, en total sintonía con el producto y el deseo del público.

En ciertas escenas, nuestro protagonista intenta ponerles los mismos elementos a las canciones de los Beatles. Sin embargo, Ed Sheeran (haciendo de sí mismo) y su manager (personificada por Kate McKinnon en una especie de caricatura corporativa) le recomiendan hacer cambios más apelables a los gustos contemporáneos –como que en vez de Hey Jude sea Hey Dude–. Otro momento que se presta a satirizar a la industria ocurre durante una reunión en una disquera donde se comenta como los títulos originales de los álbumes son estrafalarios y jactanciosos. Pero ni Curtis ni Boyle se interesan en profundizar este aspecto.

En síntesis, Yesterday es una película irregular. No carece de potencial porque también presume de momentos bien hilarantes (en los cuales me reí con sorna), gracias a un running gag que, lamentablemente, se desgata por su sobrexplotación. Quizás el mundo que presenta Yesterday sea así. Por suerte, en el nuestro, aún tenemos el consuelo de que los Beatles sí existieron.

Fuentes consultadas:

[1]. TAYLOR, Alan. 1964: Beatlemania. Revista “The Atlantic” (versión digital). Publicado el 29 de mayo de 2014. Disponible en: https://www.theatlantic.com/photo/2014/05/1964-beatlemania/100745/

[2]. LEOPOLD, Todd. 5 things to know about Beatlemania. Portal de noticias “CNN”. Publicado el 25 de agosto de 2014. Disponible en: https://edition.cnn.com/2014/01/30/showbiz/beatles-ed-sullivan-beatlemania-5-things/index.html

[3]. Hilo de tuits sostenidos entre los usuarios de la red social Twitter @YsidroGarciaR y @AngelicaNoboaP, en fecha 16 de septiembre de 2019. Disponibles en el siguiente enlace: https://twitter.com/AngelicaNoboaP/status/1173580901999140865

Ysidro Eduardo García. Abogado. Oriundo de San Francisco de Macorís. Egresado de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM). Desde joven, es un amante del séptimo arte y la crítica de cine. Ha tomado cursos de Producción Cinematográfica en la Escuela Altos de Chavón.