El mito, rasgo arquetípico de la ciudad que motiva estas palabras, el París simbólico y el París real, abarca mucho más que el estricto significado que sobre él aparece en el diccionario: “narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico”. Así, la urbe habrá de ser el todo real y el imaginado; el refugio de sueños, quimeras y creaciones que desde siempre nos regalaron las aventuras de la poesía, la fidelidad de la pintura y la fotografía, y por supuesto, el séptimo arte nacido en ella. 

Es de rigor contextualizar el devenir de esta ciudad a fin de repasar la trayectoria de las diferentes formas artísticas que maduraron en ella durante el último siglo y medio; porque el lienzo, la página, y el celuloide, querrán decirlo todo. Revelarán a través de sus propuestas la narración del poder, el privilegio, o la cultura que albergan sus calles, personajes e instituciones, pero, sobre todo, la huella que la historia parisina ha dejado impresa en el pensar latinoamericano. 

En este número de Plenamar aparecen textos de Guillermo Piña-Contreras, Marianne de Tolentino, Marco Escalante y Nelson Ricart que desde sus respectivas miradas aportan pautas para la lectura del acontecer del París de los pintores y artistas dominicanos; de las películas que le inmortalizaron, y los poemas que de cierta forma narran su contemporaneidad. Confiamos en que su lectura se convierta en acicate para el lector interesado en la exploración de una ciudad que albergó revoluciones, personajes desde Baudelaire a Cortázar, y mitos desaparecidos o todavía esparcidos en los rincones de nuestro imaginario.

Imagen de portada, autoría de Mary Rosa.