Cada espacio alberga mujeres extraordinarias, algunas sobresalen más que otras por su actitud ante la vida y forma enérgica en la búsqueda del éxito. A ellas, vaya todo el reconocimiento posible, animando a las demás a no desfallecer y levantarse tantas veces sea necesario para ir tras sus sueños. 

En esta ocasión, cabe destacar el valor que tienen cinco mujeres y el legado que construyen en favor del esplendor de la cultura dominicana, a saber:

Rosanna Rivera, es abogada de profesión, pero se ha dedicado al periodismo al frente de la revista Ritmo Social del periódico Listín Diario. Desde su oficio, se ha convertido en promotora de lo mejor de la cultura criolla, siendo una apasionada de la Zona Colonial de Santo Domingo, ciudad Primada de América.

Su carisma es inspirador, mientras que su fina pluma engalana todo cuanto describe. Con ella los espacios son idílicos y las figuras son las más conspicuas de su entorno.

La ingeniera Judith Cury, es un nuevo valor en la sociedad dominicana, quien además de destacar por su belleza tanto física como espiritual, ha logrado posicionarse como líder femenina al frente de Pain de Sucre y Prosperanza.

A través de su fundación Prosperanza, Judith fomenta y promueve la cultura de la educación y el empresariado femenino en el país, para crear en la mujer dominicana los hábitos exitosos que junto a medios técnicos le sirvan para romper los ciclos de la pobreza. El principal aporte de esta joven empresaria ha sido introducir en la vida de decenas de mujeres la tecnología como principal aliada en los negocios.

Rosalba Hernández encarna una de las voces más elevadas en el contexto artístico dominicano, con una obra estructural, penetrante, bucólica y conceptual.

La artista se sirve del lienzo para transmutar sus inquietudes existenciales, al tiempo de centrar su atención en la esencia humana. Rosalba transfigura el alma y la presenta en trazos descompuestos que exhiben la parte recóndita del ser y su entorno.

Ella no solo es artista, sino una gestora de proyectos. Sensible ante las adversidades de los demás y promotora inigualable tanto de la clase artística como de los proyectos urbanos.

Arelis Domínguez es un alma transparente, cercana y prodigiosa. La naturaleza es parte de su empaque general, todo lo bueno le atrae y le sirve de pretexto para reafirmar su existencia. Su principal proyecto es la Revista First Class, por medio de la cual proyecta nuevos talentos y promueve los más destacados acontecimientos sociales y culturales del medio dominicano e internacional.

La trayectoria de esta hermosa y sublime mujer se orienta hacia su fuero interno. Va creando puentes indestructibles para quienes siguen sus pasos. Es un bastón de apoyo para los que se encuentran atribulados, a quienes procura extender su mano amiga o expresar una palabra de aliento. Arelis promueve el trabajo constante, los valores familiares y el posicionamiento femenino. 

Desde el interior de la República Dominicana, en el mismo centro del Noroeste, hay un brillo en ciernes de una joven gestora. Su trabajo se ve empañado por los intereses y la política, pero el esfuerzo constante deja ver poco a poco el resultado de su obra.

Ella es Sobeyda Jumelles Santos, quien no vacila ante las limitaciones para entregar al municipio de Sabaneta, provincia Santiago Rodríguez el fruto de Pepe Ramos Escuela de Arte. Desde este centro, se ensaña fundamentalmente, ballet, teatro y oratoria.

El medio dominicano está repleto de mujeres empoderadas e influyentes, quienes, desde una posición u otra, se convierten en fuente de inspiración. Sirvan estas cinco grandes mujeres como una muestra del talento criollo elevado desde distintas posturas.

Tenemos la mujer en el hogar, la profesional, la madre, la esposa, el ser multifacético y diverso que con su solo hacer y obrar genera esperanzas a toda la humanidad.

Cada día es una oportunidad para ser mejores y para generar proyectos en favor de la colectividad. No cerremos las puertas a lo bueno, dejemos fluir la buena vibra, no limitemos el esfuerzo femenino, por el contrario, animemos a las mujeres para que vayan por más, ya que en la justa proporción está el equilibrio que nos guía a una sociedad más integral y estable.

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Lilian Carrasco es crítica de arte y columnista. Estudió Historia del Arte en la Universidad de La Habana, Cuba. Ha publicado los libros: “La vida, la amistad y el amor” (2004), “Apuntes sobre la historia de la Música” (2007), “Los Caribes: pasado y presente de una cultura” (2008), entre otros.