Con mis ojos abriendo heridas a las sombras
entro a un túnel profundo que me abraza
(la realidad se descompone, se diluye
y el enigma se apodera de todo lo tangible
llevado en las alforjas).
Lo que veo flota en espejos repetidos
algo se apodera de la boca
para beneficio propio
(si anhelo una paloma
un pájaro siniestro cae herido en mi lecho
o siento las heridas de algún puñal lejano
que me hiere sin sangre).
Y es difícil salir de este gran pozo oscuro
que me transmuta en el otro
y suele escuchar elegías dictadas a mi oído
por voces lejanas e imprecisas sin origen cierto
cuneiformes, en constante desplome…
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Carlos Sánchez (quisqueyano y valiente). Ejerce la función de los antiguos procónsules romanos.
Imagen de portada: Jimmy Valdez Osaku