Antes de que el humo abrazador de nuestro vertedero ardiente opaque su figura por completo, asómate un poco a tu ventana, y si no, sube incluso a la azotea: hoy la luna está vacía de sombra y nos alumbra, aunque no haya ni un alma en la calle y ni siquiera un gato en la vereda. Tuve suerte de mirarla mientras pasaba descalza por la sala junto a la puerta, aquella que usaba cuando llegaba a mi casa y no había miedo, ni encierro, ni nostalgia, ni pereza. ¡Corran a ver la luna, antes de que su luz sea muerta! Hoy, como hace días, pintará de blanco el negro cielo, la pestilente niebla de la basura espesa, nos quitará el sueño alguna pena que no vendrá de algún deseo moribundo, sino de la tierra marchita, de la indolencia, de la avaricia malparida y eterna. Hoy siguen en llamas mis desechos, los tuyos, los suyos y los nuestros, colocados en el mismo trayecto… del vertedero hediondo de Duquesa.

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Maya Oviedo es artista plástica, cantante y fotógrafa. Curiosa del teatro y la poesía. Admiradora de la creación humana en todas sus manifestaciones.