…mientras la larga noche de la infamia

se pierde en el desprecio del olvido.

Julio Cortázar

Nicaragua, el “Pulgarcito centroamericano”, vio crecer a grandes escritores al tiempo que vivía intensos procesos históricos a la mano de la dictadura somocista. Granada, la más antigua ciudad nicaragüense, cuna de poetas de la talla de Joaquín Pasos y José Coronel Urtecho, es también lugar de nacimiento de Ernesto Cardenal Martínez, solemne voz de la literatura latinoamericana y universal. Activista cultural ‒que renegó ser político–, poeta, escultor, pintor, y por supuesto, religioso cuestionador bajo la guía de la Teología de la liberación, Cardenal representó la legendaria figura de quien lo vivió todo. Su obra literaria se acerca a las trescientas ediciones en más de 20 idiomas, un legado equiparable solamente a la dimensión de sus sueños.

En la presente entrevista concedida por el candidato al Nobel y Premio Reina Sofía de Poesía 2012 durante su visita a Chicago a propósito del Festival Poesía en Abril en 2012 publicada en la revista contratiempo, Cardenal intercambia ideas en un intento de abarcar su universo: el histórico, el literario y el religioso; muchas de ellas siguieron vivas y son hoy tan pertinentes como hace casi una década. 

Jochy Herrera: ¿Qué de Solentiname hoy?

Ernesto Cardenal: Esa comunidad dejó de existir hace más de 30 años, cuando se volcó a la lucha armada. Cuando triunfó la revolución teníamos otras cosas más importantes que hacer en ella y no volvimos a juntarnos. ¿Qué es Solentiname hoy? Siempre un lugar de campesinos y pescadores. Y también un lugar famoso por esa pequeñita comunidad que hubo. Y también un lugar de paisajes muy bellos. Y yo lo visito mucho.

Desde aquella humillación a que el Papa Juan Pablo II le sometió en el aeropuerto César Augusto Sandino en pleno 1979, ¿qué ha sido del Vaticano? ¿le persiguen a usted los Papas? Es precisamente uno de los más cercanos asesores del fenecido Wojtyla, Joseph Ratzinger, el Papa que hoy perdona a los que niegan el Holocausto. ¿Ha “perdonado” la Santa Sede a la Teología de la liberación?

En cuanto a mí, yo sigo siendo un sacerdote católico, aunque con una sanción del Vaticano desde el Papa anterior, que se llama “Suspensión”, y que es la prohibición de administrar sacramentos. En cuanto a la Teología de la liberación, ésta sigue siendo perseguida por Roma. Teología de la liberación es lo mismo que Teología de la revolución, pues la liberación es la liberación de los pobres. Y el Vaticano, siempre en alianza con los poderosos, está en contra de toda revolución. El actual Papa apoyó y asesoró toda la política del anterior, que hizo a la Iglesia Católica retroceder siglos, y me parece que será tan malo como Wojtyla y tal vez peor.

En el documental Solentiname, el destacado director mexicano Modesto López narra la trayectoria personal del héroe: Cardenal y sus primeros amores y los siguientes naturales desamores; la contemplación, y sus experiencias evangelizadoras en aquel archipiélago –lugar de codornices–. ¿Podría contarnos sus impresiones sobre tal proyecto fílmico, ese flashback de más de medio siglo?

Cuando se me pregunta por la experiencia de Solentiname siempre he dicho que fue una experiencia modesta, de una comunidad muy pequeña, una pequeña comuna, y que se ha exagerado su importancia y aun se ha mitificado. Pero después que vi esta película me impresioné mucho; pensé que en algún sentido aquello que se hizo en Solentiname tuvo importancia (no por mí solamente sino también y sobre todo por aquellos que colaboraron conmigo) y que por algo fue que Dios puso aquellas islas en mi camino, me hizo por así tropezar con ellas, para que realizaran ciertas obras que yo no había intentado realizar. Fue como por milagro que surgieron la pintura popular y la artesanía que se han hecho famosas, los comentarios al Evangelio a la luz del marxismo y la Teología de la liberación, publicados en muchos idiomas y muchos países, la poesía campesina también traducida, y finalmente la acción heroica de muchachos (y también muchachas) que tomaron las armas por la revolución y algunos fueron mártires de ella. Mi idea al llegar allí había sido sólo la de concentrar un lugar para vivir una vida contemplativa en comunidad con unos pocos más… y nunca imaginé que se realizaría todo aquello que allí pasó.

Dos conversiones

Tras estudiar literatura, el joven Cardenal participó en la” revolución de abril” contra Anastasio Somoza García acaecida en Nicaragua en 1954; tiempo después ingresa al monasterio de Our Lady of Gethsemani en Kentucky, Estados Unidos y se traslada a Cuernavaca, siendo finalmente ordenado sacerdote en Managua en 1965. Durante las turbulentas décadas de 1960 y 1970, conjugó el arte, la poesía y el evangelio en una “reflexión crítica sobre la práctica a la luz de la palabra de Dios”; justamente la definición que en 1968 el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez otorgó al naciente movimiento de la Teología de la liberación.

Cardenal fue el hombre cuya arma más certera era la esperanza y la poesía, y en palabras suyas, “el testigo de dos conversiones: la poesía me llevó a una primera: la del encuentro con Dios. Después, a lo que he llamado una segunda conversión, cuando encontré a la revolución”.

Jochy Herrera: Usted dijo que la sandinista fue la única revolución de la historia que superó la contradicción entre marxismo y cristianismo; entendiendo que …la canción de gesta fue un periódico que se llevó el viento…”, ¿qué le aguarda a un poeta que creció entre revoluciones que ya no existen?

Ernesto Cardenal: La revolución de Nicaragua ya no existe, pero sigue existiendo la de Cuba que es una auténtica revolución y es apoyada por el pueblo, como también existe la auténtica revolución bolivariana de Venezuela, que es el retomar el sueño de Bolívar de unificar a toda la América Latina para construir un solo bloque y contraponerlo al norte. De la misma manera el presidente Correa del Ecuador es otro que se ha independizado totalmente de los Estados Unidos y se ha declarado socialista (y es alguien que según me dijo leyó mucho de joven El Evangelio en Solentiname). También otra independencia y otra revolución está habiendo en Bolivia, donde además se dio el milagro de que en el país donde el indio ha sido más despreciado, un indio sea presidente. Y también me parece que eso es otro acontecimiento revolucionario y otro milagro el que, en el Paraguay, por muchos años sometido, sea presidente un sacerdote y obispo de la Teología de la liberación (también lector hacer años del Evangelio en Solentiname). Y puesto que hablamos de milagros, por qué no mencionar otro milagro como es el de un negro en la Casa Blanca, donde según acabo de leer, entre todos los cuadros allí colgados no había uno solo que representara un rostro afroamericano. No me siento pues frustrado sin revoluciones, y le doy gracias a Dios porque me ha permitido ver lo que estoy viendo.

Los últimos 30 años

Tras el histórico triunfo sandinista contra la dictadura de Anastacio Somoza Debayle en 1979 es nombrado Ministro de Cultura, cargo que ocupó hasta 1987. Resultado de la corrupción que se hizo dueña del liderazgo sandinista posterior a la pérdida de las primeras elecciones libres del país, Cardenal se aleja del Frente Sandinista de Liberación Nacional en 1994 tras denunciar el desgaste ideológico de la organización que había reescrito la historia de su país. Durante los últimos años de su vida vivió bajo el acoso político y legal del nuevo dictador nicaragüense Daniel Ortega hasta el punto de que sus acólitos irrumpieron en su funeral concluido hace apenas unos días.

Jochy Herrera: A su parecer, ¿se ha olvidado el mundo de nuestros territorios? ¿Son los pobres de Nicaragua tan pobres como hace tres décadas cuando el presidente Reagan organizaba fundrisers para la Contra a mil dólares el plato?

Ernesto Cardenal: En cuanto a Nicaragua, lugar donde hubo una revolución, y en la que los pobres lo pasaron bien, estuvieron felices con ella (los adinerados no tanto) ahora los pobres están ciertamente más pobres que antes: por el neoliberalismo y el actual gobierno, que engañosamente se auto denomina de izquierda pero es la traición de aquella revolución, y en el que impera la corrupción y el escandaloso enriquecimiento personal de la familia gobernante. Sería peligroso seguir hablando…

¿Qué ha ocurrido con su fe en los últimos años?

Mi fe no ha titubeado porque mi fe es sólo en Jesucristo, y en el Dios que él nos ha revelado, que es el Dios de los pobres. Mantengo también viva mi esperanza a pesar de todo lo que pasa. De ninguna manera soy pesimista. Digo junto con el Obispo Casaldáliga del Brasil que “somos soldados derrotados de una causa invencible”.

Poesía exteriorista

Ernesto Cardenal introdujo en el universo hispano el concepto de la poesía exteriorista: “la poesía creada con las imágenes del mundo exterior, el mundo que vemos y palpamos, y que es, por lo general, el mundo específico de la poesía”, tal como expone el poeta en el prólogo de la Antología de poesía nicaragüense. Sus escritos tempranos, ejemplificados con Carmen y otros poemas y La ciudad deshabitada ya hablan del amor humano, el mismo que aparecerá después en muchos otros textos: en Gethsemani, Ky (1960), revertido de un intimismo que persigue lo místico: “Yo apagué la luz para poder ver la nieve. / Y vi la nieve tras el vidrio y la luna nueva. / Pero vi que la nieve y la luna eran también un vidrio / y detrás de ese vidrio / Tú me estabas viendo”; en Oración por Marilyn Monroe (1965), una súplica a nuestra solidaridad frente a la deshumanización del personaje-sociedad: “Señor / en este mundo contaminado de pecados y radioactividad / tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda / Que como toda empleadita de tienda soñó ser estrella de cine. / Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor)”; en Homenaje a los indios americanos (1969), trabajo que para muchos lo sitúa en la veta nerudiana: “Kalún de muchas fechas y deshonrosos gobernantes / de tristeza en las chozas…”; y por último, en los hermosos Epigramas (1961): “Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido: / yo porque tú eras lo que yo más amaba / y tú porque yo era el que te amaba más. / Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo: / porque yo podré amar a otras como te amaba a ti / pero a ti no te amarán como te amaba yo. /

Jochy Herrera: Le confieso que no sé dónde enmarcar estos versos, sobre todo porque los expertos han “sistematizado” su obra poética “…en una división tripartita que propone etapas sucesivas y mutuamente excluyentes: poesía de denuncia, místico-religiosa y épico-narrativa”¿Usted qué opina?

Ernesto Cardenal: Esos versos a Claudia están enmarcados entre mis poemas amorosos de juventud. No es necesario sistematizar mi poesía haciendo divisiones arbitrarias. En ella hay mucha variedad de temas, es cierto, pero eso no hace que unos sean excluyentes de otros. Es cierto también que ha habido varias fases en mi vida y ello está reflejado en mi poesía. Mi poesía de juventud fue de poemas amorosos a las muchachas, pero también fue acompañada de poemas sociales y políticos y poemas documentales o crónicas históricas. A mitad de mi vida tuve una conversión a Dios, lo que me llevó a entrar a un monasterio; a partir de ella he tenido poemas religiosos o místicos, pero también de toda clase de temas, últimamente sobre todo temas científicos, poesía inspirada en la ciencia.

Cantigas: sobre las razones del Ser y el destino humano

Ese ya mencionado amor por todo lo humano, rostro perenne en la poética del padre Cardenal, aparece todavía en trabajos relativamente recientes como Cántico cósmico, que a juicio de la periodista mexicana Celia Álvarez, representa “una de sus apuestas estéticas más ambiciosas”. Como muestra, Álvarez propone uno de los 43 poemas ‒cantigas–, bautizados así por el autor: En el principio no había, naturalmente, ni leyes físicas / Salimos según parece de una amalgama de caos. / De electrones y núcleos nacieron átomos, / y después galaxias, estrellas, diamantes. / Como la física nuclear descubrió / los elementos transmutables. / ¡Hiroshima! ¿Era ése el sueño de los alquimistas? Este texto, reflejo de un espíritu más abstracto que el evidente en épocas anteriores, pero no menos concreto que la sempiterna preocupación del poeta, aparece en la antología Poesía Completa de Cardenal, tres volúmenes en donde la Universidad Veracruzana ha reunido toda su obra.

Jochy Herrera: Mario Benedetti dijo que su trabajo literario “da testimonio de un lirismo espontáneo y cotidiano, pero también de un formidable dominio del verso, de una particular aptitud para hacerlo sonar de un modo natural, comunicativo”. Tal afirmación aparece en Poeta de dos mundos, 1972, texto donde Benedetti indicó que su voz era la de un religioso desde su voluntaria soledad; pero también la voz de alguien que nunca deja de escuchar el mundo. ¿Qué lugar ocupa la poesía en el mundo de hoy, cuarenta años después de tan profundas declaraciones?

Ernesto Cardenal: La poesía ocupa en el mundo un lugar muy importante y lo ha ocupado siempre desde los albores de la humanidad porque la poesía es el lenguaje (lenguaje condensado nos dice el maestro Pound), que es lo que nos hizo humanos. Según algunos lingüistas actuales el primer lenguaje de la humanidad fue el canto (arrullos o canciones amorosas). Y es un hecho que en la literatura de todos los pueblos primero surgió la poesía antes de la prosa.

El reino de los cielos

Estos tiempos de loas, pompas y estrellatos, raras veces paren personajes que mantienen en alto su firmeza de principios sin caer víctimas de la arrogancia. Y si además de ello el personaje camina armado de la humildad, sus convicciones, cualesquiera que éstas sean, serán engrandecidas. En ese sentido, las declaraciones de Cardenal sobre las motivaciones de su creación literaria hablaban por sí mismas: “La poesía ha sido mi vida. Soy poeta, sacerdote y revolucionario, pero la primera vocación con la que nací fue la poesía. Si algún impacto tiene mi obra es por razones extraliterarias, yo no soy grande como escritor, pero es grande la causa que inspira mi poesía: la causa de los pobres y de la liberación”.

Jochy Herrera: En 1999, su compañero Sergio Ramírez, en Adiós Muchachos,afirmaba “que la utopía sandinista se había quedado sin cronistas en este fin de siglo”; un lustro más tarde, en La revolución perdida, su propia crónica de aquella epopeya, Cardenal indica que toda revolución, aún las perdidas, “nos acercanal reino de los cielos”. ¿Habrá de veras más revoluciones?

Ernesto Cardenal: Revoluciones habrá y ha habido siempre. El invento del fuego fue una revolución. Y Mao decía que la evolución avanza por saltos y esos saltos son las revoluciones. En ese sentido, toda revolución nos acerca al reino de Dios. Hay teólogos modernos que dicen que cuando Jesús usaba el término de “reino de Dios” (o de los cielos), era en un contexto muy parecido al término actual de “revolución”. Era igualmente subversivo, y fue lo que lo llevó a la muerte. Cabe aclarar que en el griego en que están escritos los Evangelios, la palabra “reino” tiene un sentido imperial, sólo se usa para designar el poder de Roma. Por lo tanto, es el imperio de Dios el que Jesús contrapone al imperio de Roma, y en ese sentido es confrontativo. También equivale a lo que ahora dice la juventud: Otro mundo es posible.

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Jochy Herrera es cardiólogo y escritor; autor de “Estrictamente corpóreo” (Ediciones del Banco Central de la República Dominicana, Santo Domingo 2018).