La urbe contemporánea, microcosmos y a la vez espacio global, ha traspasado el rol de hábitat para sus pobladores convirtiéndose en laboratorio del existir y también espejo de privilegios, preocupaciones e inequidades. En un dossier anterior Plenamar propuso miradas multitemáticas sobre la ciudad de Santo Domingo, en esta ocasión nos detenemos en Nueva York; en el Nueva York mítico multinacional, en el dominicano, en el cinematográfico y en el musical. Es decir, retratamos la ciudad universal, isla capital financiera, turística y cultural de Occidente y el resto del mundo.

Nueva York, establece Jochy Herrera, constituye hoy la urbe cuya tragedia aquelfatídico 911 no solo sacudió la humanidad herida por el fanatismo religioso, sino que catapultó la globalización dirigiéndole hacia una nueva forma de espiritualidad a manos de un pancapitalismo voraz que ya no necesita de símbolos ni nacionalidad. Sara Pérez, en una elaborada y certera crónica de rasgos ensayísticos, aborda la variopinta dominicanidad del alto Manhattan expresada a veces en sudor reconcentrado, en fiesta que cuenta desgracias, ansias y nostalgias consoladas en un vaso de habichuelas con dulce adquirido en la 181 con St. Nicholas. 

Miguel De Mena aporta en este número pautas para situar futuros escritos dominicanos sobre Nueva York que determinen “los sentidos y la calidad de los tránsitos desde la Isla hasta aquella ciudad, a fin de valorar lo que se deja, busca, encuentra y las palabras que se quedan en el camino para rastrear ese “ser” o “seres” que se van armando”.  En este dossier también hemos dado espacio a las opiniones de los millennials de New York, grupo poblacional particular por constituir un poderoso segmento consumidor que además disfruta, o espera disfrutar de mejores oportunidades que sus progenitores. 

Jimmy Hungría y Jorge Marte Báez retratan a la gran manzana desde el cine y el Jazz, expresiones artísticas par excellence cuando se trata del mítico New York de la segunda mitad del siglo XX, urbe que inspiró geniales compositores y directores de todos los rincones del Globo. 

Agradecemos las imágenes fotográficas parte de la colección Radicante del destacado artista del lente Nacho Guevara, costarricense radicado en Manhattan, las cuales, a su juicio, son representativas de la jungla de concreto en las que las raíces del inmigrante crecen para afincarle en su nueva casa.