La dimensión de la obra de Luis Eduardo Aute (Manila, Filipinas septiembre 13,1943) plasmada en incontables lienzos, filmes, canciones y poemas, desde sus inicios traspasó nomenclaturas y cánones para instalarse en el inusual universo del creador.

Imposible recorrer sus más de cinco ininterrumpidas décadas de pasión, visión y sentimiento sin acercarse al recuento enciclopédico, cosa que no pretendemos en este homenaje onomástico a los 75 años de existencia de este incomparable artista.

Abrazo distante, apretón de manos, confesión cómplice y pálpito compartido, el número que hoy entregamos a los lectores de PLENAMAR viene pletórico de regocijo y agradecimientos al hombre que nos hizo enamorar y disentir; pensar y cuestionar la naturaleza humana en sus más prolijas expresiones.


Gracias a Tony Ocaña por las imágenes prestadas y a Miki Aute por su candidez de hijo tierno; a José Mármol por rescatar de las garras del olvido aquella entrevista televisiva realizada 17 años atrás; al director Gaizka Urresti por el privilegio de permitirnos acceder al inédito documental Auterretrato comentado por Jimmy Hungría; y al músico dominicano radicado en España, Anthony Ocaña, por compartir su testimonio de cómo ese Aute ícono traspasó generaciones hermanándose con artistas de todos los géneros y edades.

Y por supuesto, gracias a ti Eduardo, de todo corazón, por existir…